domingo, 9 de mayo de 2010

Labios Rojos


la primera que vez que la vi, me gustaron sus labios, si, yo se que era maquillaje, pero como lo dije en un principio se maquillaba como una de esas prostitutas de película de los años 50, y eso me atraía, no preguntes por que ni yo se, pero luego empezo a darse cuenta que la observaba, y pude ver que le gustaba que lo hiciera, eso lo hizo mas divertido aun, cada mañana era un juego, uno muy divertido, de desviar miradas, de sonrisas entre dientes, de despedidas en silencio, de proposiciones internas y luego de repente no me la encontraba y así paso el tiempo y no la veía y cada mañana esperaba que volviera, que estuviera en su esquina, cada día era lo mismo, pasaba por su esquina y ella no se subía, los días perecían eternos, el tiempo pasaba mas lento cada vez que esperaba el siguiente día y pasaron los días, las semanas, y ella ya no estaba ahí, no estaba en su esquina. esta mañana la vi de nuevo, pero no se ha subido al camión, maldije mi suerte, y le reproche en silencio, ¿por que no subió?, ¿por que no? me preguntaba en el viaje. en ese viaje eterno, malhumorado y solitario, me dije a mi mismo "de nuevo a esperar al siguiente día"



pensamiento 1

hoy vi a las chica de los labios rojos, parecía un día cualquiera, pero hoy la volví a ver, el día de hoy no llevaba el maquillaje habitual, cada día es lo mismo, la idea de ir y preguntarle su nombre, de decirle el mio, pero todo se queda ahí en la idea, podría afirmar que soy tímido pero eso solo es una elegante palabra para decir que soy un cobarde, quizá sea que realmente me gusta mantenerla como una fantasía inalcanzable, que en ocasiones veo y en ocasiones me ve, tal vez me guste tenerla en la perfección de una idea, tal vez el personaje que le he creado sea mucho mejor a la persona que es en realidad, quizá si realmente la conociera terminaría decepcionándome, quizá seria aburrida, falsa, simple, banal, pasajera, pero si la mantengo inalcanzable ella puede ser lo que yo quiera, o quizá escribo todo esto para evadir el hecho de que solo soy un cobarde.

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