El día era claro, y esta idea absurda, el tiempo pasaba con suele pasar el tiempo, con un tic tac interminable, irreversible y cotidiano, el mundo continuaba girando como normalmente lo hacia, era un día normal, común sin nada diferente, el mismo clima, las mismas gentes, los mismos pasos hacia donde me dirigía, caminaba como normalmente camino, yo era como el día, como el tiempo y como el mundo, siguiendo el mismo curso, las palomas volaban a mi alrededor como buitres a punto de un festín, quizás estaba muerto, quizás no, lo que era seguro es que de vivo no podía presumir, yo seguía mi camino con rumbo fijo a ningún lugar, a la perdición, a un final, al que se yo que no se nada, ya era de noche o quizás aun era de día, todo desde este punto parece igual, me molesta gente que no conozco de las cuales huyo sin titubear, el camino se vuelve estrecho y lúgubre, a algún punto me ha de llevar, avanzo sin miedo, me da mas miedo regresar, avanzo, avanzo, no se si ya llegue o donde estoy, o si aun sigo en el mundo de lo habitual, justo cuando encontré algo que contar, algo distinto ajeno a lo habitual me he logrado despertar
"Me he ido a dormir por un rato mayor de lo habitual. Llamad Eternidad a ese rato"
No hay comentarios:
Publicar un comentario